Bolivia: Reacciones recientes de España y Brasil ante la nacionalización de los hidrocarburos
(A aquellos lectores que no están familiarizados con la cuestión del gas boliviano, les recomiendo leer la información preparada por la BBC.)
Los dos países que más afectados se han visto con la nacionalización de los hidrocarburos decidida por Evo Morales empiezan a mostrar más claramente su reacción ante este hecho. Brasil se muestra más decidido que España a hacer respetar sus derechos, pero ambos países exigen negociar con el gobierno boliviano.
Es evidente que salir de Bolivia es, desde un punto de vista económico, la peor de las salidas para las empresas que ya han invertido considerables sumas de dinero en el negocio. Por tanto, la opción es el diálogo para obtener el menor mal posible, es decir permanecer en Bolivia y alcanzar la mayor utilidad posible. (Se le podría pedir otra cosa a una empresa?) Para conseguir una negociación favorable, los gobiernos de Brasil y España están presionando a Evo Morales.
De acuerdo a información de El País el Presidente de la empresa brasilera Petrobras ha anunciado que se cancela el plan para aumentar las importaciones de gas boliviano y que "la empresa está dispuesta a llegar ante los tribunales internacionales para defender los intereses brasileños". En este mismo sentido, Clarín informa que el director de Gas y Energía de Petrobras declaró que “Vamos a usar todos los instrumentos jurídicos para garantizar los intereses de la empresa”.
Utilizando un lenguaje moderado, pero muy firme, el mismo Lula, presidente de Brasil, está haciendo llegar un mensaje claro a Bolivia. De acuerdo a Folha, Lula habría utilizado la ironía afirmando que Brasil no va a a buscar armas en Bolivia para comenzar una disputa, (en clara referencia a la posición de Estados Unidos antes de la invasión a Irak), pero recalcando que si bien Bolivia tiene derechos, esto no le permite negar los derechos que tiene Brasil.
España por su parte, también envía mensajes a Evo Morales. El País informa que "Repsol YPF estudia la continuidad de sus compromisos de inversión en Bolivia, tras las nuevas condiciones que impone la nacionalización de las reservas de hidrocarburos".
Como no podía ser de otra manera, la Comunidad Europea también se pronunció sobre la nacionalización. 20 minutos refleja la declaración del portavoz jefe de la Comisión, afirrmando que "La Comisión toma nota con preocupación de este decreto que nacionaliza la industria boliviana" y que "Habíamos esperado que se produjera un proceso de consulta previo a la adopción de estas medidas".
Esperemos que la habilidad negociadora del gobierno de Evo Morales sea tan grande como su capacidad para generar anuncios sorpresa, y que Bolivia salga de las negociaciones, sin demasiado estigma de ser un país donde los derechos privados no se respetan. Como ya lo mencioné antes, Bolivia es un país muy dependiente de la cooperación internacional y necesita una buena relación con países claves como España y Brasil.
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Los dos países que más afectados se han visto con la nacionalización de los hidrocarburos decidida por Evo Morales empiezan a mostrar más claramente su reacción ante este hecho. Brasil se muestra más decidido que España a hacer respetar sus derechos, pero ambos países exigen negociar con el gobierno boliviano.
Es evidente que salir de Bolivia es, desde un punto de vista económico, la peor de las salidas para las empresas que ya han invertido considerables sumas de dinero en el negocio. Por tanto, la opción es el diálogo para obtener el menor mal posible, es decir permanecer en Bolivia y alcanzar la mayor utilidad posible. (Se le podría pedir otra cosa a una empresa?) Para conseguir una negociación favorable, los gobiernos de Brasil y España están presionando a Evo Morales.
De acuerdo a información de El País el Presidente de la empresa brasilera Petrobras ha anunciado que se cancela el plan para aumentar las importaciones de gas boliviano y que "la empresa está dispuesta a llegar ante los tribunales internacionales para defender los intereses brasileños". En este mismo sentido, Clarín informa que el director de Gas y Energía de Petrobras declaró que “Vamos a usar todos los instrumentos jurídicos para garantizar los intereses de la empresa”.
Utilizando un lenguaje moderado, pero muy firme, el mismo Lula, presidente de Brasil, está haciendo llegar un mensaje claro a Bolivia. De acuerdo a Folha, Lula habría utilizado la ironía afirmando que Brasil no va a a buscar armas en Bolivia para comenzar una disputa, (en clara referencia a la posición de Estados Unidos antes de la invasión a Irak), pero recalcando que si bien Bolivia tiene derechos, esto no le permite negar los derechos que tiene Brasil.
España por su parte, también envía mensajes a Evo Morales. El País informa que "Repsol YPF estudia la continuidad de sus compromisos de inversión en Bolivia, tras las nuevas condiciones que impone la nacionalización de las reservas de hidrocarburos".
Como no podía ser de otra manera, la Comunidad Europea también se pronunció sobre la nacionalización. 20 minutos refleja la declaración del portavoz jefe de la Comisión, afirrmando que "La Comisión toma nota con preocupación de este decreto que nacionaliza la industria boliviana" y que "Habíamos esperado que se produjera un proceso de consulta previo a la adopción de estas medidas".
Esperemos que la habilidad negociadora del gobierno de Evo Morales sea tan grande como su capacidad para generar anuncios sorpresa, y que Bolivia salga de las negociaciones, sin demasiado estigma de ser un país donde los derechos privados no se respetan. Como ya lo mencioné antes, Bolivia es un país muy dependiente de la cooperación internacional y necesita una buena relación con países claves como España y Brasil.
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posted by Briegel Busch at 10:35 PM
1 Comments:
Muy bien comentado, Briegel.
De todas maneras, la gente tiende a discurrir sobre el agravio o no sobre los intereses de las petroleras o los países donde estas empresas están representadas, sin reparar en los verdaderos perjudicados, que son el pueblo Boliviano.
Al contrario de lo que asegura Evo, el estado no se va a poner a regalar petróleo a todos los bolivianos, sino que intentará mantener el control de los recursos dificultando la explotación eficiente que sólo empresas privadas pueden asegurar. Pero esas mismas empresas se van a espantar con las actuaciones de Evo, llevándose su capital. Todo esto reducirá la capacidad exportadora de Bolivia.
Por otra parte, el estado consigue más poder sobre sus ciudadanos, y seguirá incidiendo en la "ayuda externa" para salir de su situación. Esta ayuda externa, al igual que el petróleo, apenas llegará a los ciudadanos, sino que dará todavía más poder al estado, y más pobreza los bolivianos, en un círculo vicioso.
La historia está llena de casos como este.
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